La accesibilidad cognitiva es un aspecto esencial del diseño inclusivo y se refiere a la capacidad de una persona para comprender y desenvolverse en su entorno de manera autónoma. En el caso de las personas con autismo, las adaptaciones engloban el diseño físico, elementos comunicativos, sensoriales y organizativos de los espacios.
Un entorno comprensible debe ser predecible, estructurado y visualmente claro, con señales accesibles, lenguaje sencillo, y una reducción de estímulos que generen confusión o sobrecarga.
Estas adaptaciones favorecen la orientación, la toma de decisiones y la interacción con el entorno, aspectos imprescindibles para fomentar la autonomía personal.
La accesibilidad cognitiva mejora la calidad de vida de las personas con autismo y permite su participación activa en la comunidad, promoviendo una inclusión social real y efectiva.